miércoles, 29 de agosto de 2012

¿Emociones?

Las tenemos muchas veces presentes en nosotros son nuestras visitas en casa y a veces poco sabemos de ellas; me refiero a las emociones. Esas conocidas sensaciones cambiantes que tenemos a lo largo del día, como muy bien expresa Osho:

“Las emociones no pueden ser permanentes, por eso reciben el nombre de «emociones» —término que viene de «moción», movimiento—. Van cambiando, de ahí que sean «emociones». Van pasando constantemente de una a otra. En un momento estás triste y al siguiente estás contento; en un momento estás enfadado y al siguiente eres compasivo. En un momento eres cariñoso y al siguiente estás lleno de odio; la mañana ha sido preciosa, la noche es horrible. Y así sucesivamente. Tu naturaleza no puede ser todo esto, detrás de todos esos cambios debe haber algo parecido a un hilo que los mantenga unidos. Es como una guirnalda de flores, aunque no se vea el hilo es lo que mantiene unidas todas las flores; las emociones son como esas flores.

A veces florece la ira, a veces la tristeza, a veces la felicidad, a veces el dolor y a veces la angustia. Pero todas ellas son flores, y tu vida es la guirnalda.”
La rabia, el miedo, la tristeza, la alegría y el amor. Existen mucha otras sensaciones pero básicamente son esas; pues en realidad podríamos decir que existen dos emociones básicas el miedo y el amor. Todas las demás se encuentran entre ambas. Pero cómo manejamos normalmente estos estados llamados emociones, quién nos enseña a hacerlo. Podemos decir que la forma en la que enfrentamos las emociones procede de la forma en la que las personas que nos criaron lo hacen. Por ej, si en casa nunca nadie mostraba que estaba enfadado si no que simplemente se callaba, es muy probable que tú tampoco expreses enfado o incluso que casi no lo sientas. De todas formas, aunque hayamos aprendido cierta forma de manejo de las emociones que no nos hace sentirnos bien siempre podemos cambiar, y actualizar a otro aprendizaje ya que todo lo que sabemos prácticamente lo hemos aprendido y tenemos siempre la capacidad de volver a aprender.

Es importante saber que las emociones no son nosotros, nosotros no somos la rabia ni la tristeza y a veces nos definimos o nos definen de esa forma, por ej, es una persona triste o una persona rabiosa, etc. Las emociones son estados, y como estados se pasan, no hay ninguna emoción que dure para siempre y si lo hace es que estamos haciendo algo cada día para alimentarla. Lo que ocurre es que muchas veces no somos consciente de lo que estamos haciendo para dar de comer por ej, a la tristeza y cada día nos sentimos tristes, muchas veces sin ser conscientes del por qué. Otro dato importante es que las emociones son energía. Seguramente, has notado en tí que cuando te enfadas todo tu cuerpo se activa, respiras más fuerte y rápidamente, el corazón se acelera, no te puedes quedar quieto, etc. Es como si te hubieran dado una inyección de adrenalina. Lo mismo ocurre con la alegría sientes una gran activación y unas ganas enormes de expresar y compartir esa alegría, hablas con más fuerza e incluso puedes dar saltos, por ej, sólo tenéis que recodar cuando a alguien le ha tocado la lotería en la tele- qué es lo que hacen-. Como energías las emociones necesitan ser expresadas para poder ser liberadas, si no es así, se quedan estancadas y provocan los llamados bloqueos emocionales. Y cuando el agua se queda estancada y no fluye toda su transparencia y fluidez se pierde. La escucha atenta hacia nosotros mismos, el parar un poco dentro de nuestra rutina diaria nos puede ayudar a conectar un poco más con nosotros mismos y las emociones que están presentes en nosotros, pues a veces están funcionando  sin  ser conscientes de ellas pues estamos en otros asuntos como, por ejemplo, tener que ir al trabajo o a comprar. ¿Por qué la escucha interna es tan importante? Pues imaginar que necesitáis algo de vuestra pareja o vuestro hijo y se lo decís pero ellos no están prestando atención- qué creéis que ocurrirá-, exacto, no conseguiréis lo que queréis y encima os podéis incluso enfadar con ellos. Lo mismo nos sucede con nosotros mismos. Si queremos saber manejar nuestras emociones el estar atento a ellas nos servirá para saber qué es lo que necesitamos en ese momento y así liberarnos de esa sensación. Ya que todos tenemos la experiencia de no haber hecho algo en un momento determinado y recordarlo más tarde como una espinita clavada con ese - si yo hubiera….- lo que no liberamos permanece dentro de nosotros, y si dentro de nosotros se acumulan emociones negativas, cada día nos sentiremos con menos ganas, más cansados y con menos ilusión ¿por qué? porque las emociones negativas acumuladas nos gastan nuestra energía.

Así que os animo a liberar vuestras emociones negativas dejad que salgan y se vayan, si las evitáis seguirán ahí y gastando vuestra energía. No me refiero a que se las echéis a otros encima, usando la culpa o el reproche pues eso lo solemos hacer bastante y no funciona. Simplemente, daros a vosotros un tiempo con vosotros para sentirlas plenamente, pues las emociones que sentimos son nuestras de nadie más, nosotros somos los responsables de ellas y de nuestra vida, no los demás. Quizás no sea agradable sentirnos tristes o enfadados, sin embargo, si lo hacemos plenamente sin reprimirnos como un cerillo que encendemos, no hay duda de que no durará para siempre. Además, el hacer las paces con las experiencias que han despertado esas emociones negativas nos ayudará a traer más paz interior en nosotros mismos y con ello a nuestra vida. 
 

 

 

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