
De
tal forma, que nuestro cerebro comienza en cierta forma a trabajar de manera
automática; ¿Cómo? A través del reconocimiento, es decir, ante un estímulo ya
no se para a analizar todo él y experienciarlo sino que detecta ciertas
características y a velocidad casi de la luz reconoce…por ej, es una manzana.
Esto funciona así tanto en la detección de estímulos físicos tales como objetos
del exterior, palabras en un texto (ver foto de texto más abajo), sabores, o incluso una mirada.
Sin embargo, a veces nuestros sentidos
nos engañan y nos muestran una realidad que no es cierta pero que parece
cierta. Os recomiendo este documental –Cuerpo humano al límite-La vista) para
haceros una idea de los engaños de nuestro principal sentido, la vista (http://www.youtube.com/watch?v=MprBlRPnBw0&feature=related).
Además, nuestra atención al ser limitada y selectiva no se da cuenta de muchas
cosas que ocurren pero que para nosotros no ocurren ya que estamos centrados en
algo concreto. Es decir, solemos percibir aquello a lo que prestamos atención y
nos perdemos literalmente lo demás como si no existiera. Cuando este hecho
ocurre en las relaciones, por ejemplo, seguramente habéis experienciado una
frase parecida a…cómo es que te gusta eso, si a ti nunca te ha gustado eso o
…tú no eres así. Son frases que indican que la persona tiene ya una imagen de
nosotros en su biblioteca formada por sus experiencias con nosotros pero esa
imagen no somos nosotros, simplemente es una imagen en su cerebro.
Esta forma de funcionar nos es
muy útil ya que nos ahorra tiempo a la hora de percibir el mundo y por tanto, a
sobrevivir. Sin embargo, a veces nos limita al no poder ver nuestro mundo con
otros ojos. Ante las dificultades o problemas que nos puedan surgir tanto con
nosotros mismos como con el mundo que nos rodea siempre es necesario usar ojos
distintos. Una forma de conseguir ese par de ojos extra es el estar en el aquí
y ahora, es decir, vivir en el presente. Muchas veces no nos damos cuenta de
que estamos viviendo en el pasado o en el futuro y nos perdemos el presente.
Otra forma es tomar consciencia de cómo nuestro cerebro funciona y aprender que
nuestras percepciones no son la realidad si no simplemente nuestra realidad; y
cada persona tiene la suya. Podríamos incluso decir que cada persona vive en su
mundo. Así que os animo a usar algo con lo que aprendimos muchas cosas de
pequeños…usar la ?..... Preguntar, preguntar y preguntar…poneros la bombilla
de la duda, puede que lo que pienso no sea así o incluso lo que pasó no fuera
así…o incluso lo que veo no ser así.
Otro aspecto importante de la
percepción, es que solemos acompañarla de un juicio. Normalmente, vemos, oímos,
sentimos etc. algo y lo etiquetamos con un juicio. El cual generalmente tiene
que ver con nuestra experiencia pasada, creencias o historias que nos han
contado. Es fundamental el poder tomar
consciencia de que lo que percibimos no tiene porque ser ni bueno ni malo
simplemente es así. El separar, por ej, lo que vemos de lo que pensamos sobre
lo que vemos es importante teniendo en cuenta las pasadas que nos juega nuestra
percepción que está anclada al pasado. (ver foto círculos)
El conocer que nuestro cerebro no
percibe lo que hay sino lo que cree que hay en función de la biblioteca que
tiene ya almacenada, nos puede ayudar a no identificar nuestra vida presente
con el pasado, a tener ganas de aprender más sobre el presente y meter
información actualizada en esa biblioteca para tener muchas más opciones; en
resumen, tener más libertad.
¿ves los centros del mismo tamaño? Sin dudas tu respuesta es No,
pero sabías que en realidad tienen el mismo tamaño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario